Dureza superficial acero

Un objetivo muy común dentro de la industria del metal es modificar la dureza superficial del acero (ver definición dureza acero) sin modificar la resiliencia interna. Para modificar la dureza superficial del acero se utilizan tratamientos térmicos y tratamientos termoquímicos.

Tratamientos térmicos

Los tratamientos térmicos tienen como objetivo en modificar las propiedades mecánicas muy significativamente tales como la dureza, la tenacidad y resistencia mecánica del acero. En estos procesos no se añade ninguna aportación de elementos químicos al material.

Los tratamientos térmicos consisten en calentar el acero a tratar hasta una temperatura inferior a la de fusión y mantenerlo en ella un tiempo para posteriormente enfriar el material a diferentes velocidades, según el tipo tratamiento que se quiera realizar. La consecución de distintas velocidades de enfriamiento se consigue con técnicas como: baño en agua, en aceite, con agitadores o dejando el acero que se enfrie a temperatura ambiente.

Hay distintos tipos de tratamientos térmicos: Temple, revenido, recocido y normalizado, con ellos se consigue mejora la resistencia a la tracción, disminuir la acritud, elevar la tensión de rotura, y eliminar las tensiones internas.

Tratamientos termoquímicos

Los tratamientos termoquímicos son tratamientos cuyo objetivo es producir cambios en la estructura del acero y también producir cambios en la composición química de la capa superficial, en base a ir añadiendo diferentes productos químicos hasta una profundidad determinada.

Estos tratamientos requieren el uso de calentamiento y enfriamiento controlados en atmósferas especiales. Entre los objetivos más comunes de estos tratamientos están aumentar la dureza superficial de las piezas dejando el núcleo más blando y tenaz, disminuir el rozamiento aumentando el poder lubrificante, aumentar la resistencia al desgaste, aumentar la resistencia a fatiga o aumentar la resistencia a la corrosión.

Hay distintos tipos de tratamientos termoquímicos. Los más habituales son: Cementación, nitruración, cianuración, sulfinización.